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UN VALENCIANO OLVIDADO: ANDRES PERELLÓ DE SEGUROLA (3)





    A Hollywood..! 

         Bajo la protección de Gloria y sus conocidos, Andrés Perelló de Segurola actuó en nada menos que 35 películas a lo largo de unos diez años. Intervino en producciones con Dolores Costello, Conrad Nagel, Dolores Del Río, Conchita Montenegro, Marion Davies, John Barrymore, Maureen O'Sullivan o Maria Alba bajo la dirección de directores como Raoul Walsh, Frank Borzage o King.


 1927.- El amor de Sonia. (con Gloria Swanson).
                 
     
1930 El cuerpo del delito.(Con María Alba).
               


1931. El príncipe gondolero.
               
1935. Angelina o el honor de un brigadier.




            Andrés vivió intensamente su época de actor en aquel loco Hollywood y tuvo la oportunidad de conocer en persona y tratar a Mary Pickford, Douglas Fairbanks, Charlie Chaplin y al mismísimo D.W.Griffith. Por añadidura, su fama y experiencia en el mundo de la Ópera no se habían extinguido y ello hacía que le buscasen ocasionalmente. Estando en Hollywood recibió una llamada del Director de la Ópera Cívica de Chicago: quería entrevistarse con él para contratarle con el encargo de reclutar y gestionar una Compañía de Ópera que reuniese las mejores voces del momento. Nuestro hombre aceptó acudir a la entrevista y emprendió el viaje en el coche de un amigo suyo. 
        Fue el 17 de septiembre de 1932: El automóvil cayó por un terraplén y Andrés, como consecuencia del impacto, sufrió el desprendimiento de ambas retinas. Se quedó prácticamente ciego. Varias operaciones consecutivas en el Hospital de San Vicente de Los Ángeles le devolvieron parte de la visión y pudo participar en algunos rodajes pendientes, el último en 1938, año en que contrajo el matrimonio anunciado un par de años antes con la costarricense María Gutierrez, perteneciente a la aristocracia de su País. Había estado casada con un tal John M. Bidlake del que se divorció. Existía una hija: Lolita Bidlake quien contrajo matrimonio también el año siguiente con Allen B. Davies. 



 
        

        Se compró una casa (los reportajes de la época hablaban de un torreón almenado) en los altos de Camrose Drive, muy cerca de Hollywood Boulevard. Y comenzó a dar clases particulares de Canto, en especial  a  actores y actrices de cine.


             


            La fotografía es de la época y el anuncio de la prensa también. La casa ya no existe pero sí el exclusivo barrio. Un reportaje de la época nos dice que en la sala de espera se podía ver a Marion Talley, Cristina Téllez o Stanley Morner. Pero su verdadero descubrimiento fue el de Deanna Durbin. Se generó una confianza mutua entre la casi adolescente Deanna, huésped habitual en la casa de Camrose Drive y nuestro Andrés. Hoy día, los historiadores del Cine admiten como cierto que el éxito de las películas protagonizadas por esta actriz, que cantaba y tocaba el piano, salvaron de la bancarrota a los Estudios Universal en un momento muy delicado.


En plena lección....
                    

Otro momento de prácticas. Al piano, Leopold Stokowsky.
                                  

        
         A muchos lectores no les dirá nada el nombre de Deanna Durbin. Hollywood, sus rostros más populares, el gusto del público, el tipo de cine de cada momento... todo ha ido cambiando a lo largo de los años. En general las películas que lanzaron al estrellato a esta muchacha eran comedias con un punto de ternura, con guiones pensados para que luciese sus dotes artísticas y que en definitiva gustaban al público; en España fue muy popular entre la gente joven. Se retiró con 28 años de edad y dejó su presencia en 23 films.  Si alguien se decide a ver alguno de ellos, recomendamos encarecidamente la película It started with Eve, título que en España se tradujo por Casi un ángel. Charles Laughton está que se sale, como se suele decir.


                                                

        
        En 1945 Andrés envía una carta a la familia Masvidal. Les dice que lleva 18 años en Hollywood, donde tiene casa propia desde hace 7 y les cuenta también que se casó.. Nuestro relato ya va cuesta abajo. En 1951 regresa a España, a bordo del vapor panameño Atlantic que hacía escala en Barcelona, donde estableció su residencia. La revista Fotogramas le organiza un pequeño homenaje al poco de llegar. En 1952 preside el Jurado del Premio Mario Lanza, celebrado en la Ciudad Condal. En septiembre, la prensa da cuenta de que Segurola pasa a ostentar el decanato del Met de Nueva York, al haber fallecido la cantante más antigua hasta aquel momento..


        En 1953, concretamente el 22 de enero, falleció Andrés Perelló de Segurola. Tenía 79 años. El periódico La Vanguardia del día siguiente incluyó en sus páginas una sencilla esquela.
 

                                          


Una obligada reflexión:

      Que sepamos, no existe en la Ciudad de Valencia en la que Segurola nació, estudió Derecho y se formó durante años en su Conservatorio Superior de Música- ningún reconocimiento en forma de monumento, sala del Palau, placa o calle con su nombre. Este hecho, de ser exacto, nos escandaliza estando por medio un Consistorio que  pretende proyectar a nivel mundial una imagen de compromiso con la Ópera y la Música clásica.
        Y ya puestos, sirva punto por punto la misma reflexión para recordar a la igualmente olvidada soprano valenciana Mª Asunción Greus Calatayud, "La Greus". Cantante de Ópera activa durante los años 40 y 50 del pasado Siglo, considerada "La voz de España". Recordada en Google, pero no en su tierra.
        Què vos passa, valencians?  

                  Y nuevamente toca dar las gracias a M. Dolores García Farell, de Cementeris de Barcelona, S.A. Sus gestiones han permitido aclarar que Andrés Perelló fue, en efecto, inhumado en el Cementerio de Montjuïc el 23 de enero de 1953. Desgraciadamente, el 24 de febrero de 1994, sus restos pasaron a uno de los Osarios Generales, por falta de pago de su sepultura.