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LAS MÁS DESCONOCIDAS: ROJO Y NEGRO



 

                            

              

          A mediados del año 1994, Ramón Rubio de la Filmoteca Española dio por casualidad con unas latas que contenían una copia de la película de 1942 Rojo y Negro. Se le había encargado que inspeccionase cierto material cinematográfico que se hallaba olvidado bajo una capa de polvo, en unas dependencias del ya extinto Banco Popular, propietario en su día de la Productora del film: CEPICSA (Compañía Española de Propaganda Industrial y Cinematográfica, S.A). La película en cuestión, dirigida por Carlos Arévalo, se daba hasta entonces por perdida. La copia del hallazgo estaba en bastante mal estado, arañada, con la imagen muy inestable y constantes parpadeos de luz. pero los restauradores hicieron un trabajo digno de elogio y desde entonces estuvo a disposición de estudiosos y aficionados. Nosotros la vamos a traer aquí, para facilitar a nuestros lectores algo más que una sinopsis. Cuando se encienda el proyector, quien quiera verla de verdad, puede abandonar la sala y así no le destripará nadie el argumento. 




        Es sabido que la película se estrenó el Lunes 25 de mayo de 1942, el mismo día en que regresaba a Madrid el primer contingente de combatientes de la División Azul, en medio de un fervor patriótico sin precedentes. Que apadrinaba su presentación en el cine Capitol de Madrid la Asociación de la Prensa. Que se saludó su aparición con excelentes críticas, como por ejemplo la de José Juanes, del diario Arriba... pero que permaneció en cartel escasas semanas (¿tres?), aunque existe constancia de una proyección aislada en la madrileña sala Lusarreta en noviembre del mismo año. Después, se esfumó. Desapareció.




        Desde entonces, incluso después de su hallazgo, ha provocado por parte de los expertos y no tan expertos de nuestro Cine un aluvión de opiniones, especulaciones y lugares comunes. ¿Qué pasó con Rojo y Negro?. Pues se ha dicho de todo. Al parecer ha sido la muletilla más frecuente: Al parecer, Franco la vio en un pase privado en el Pardo y manifestó su disgusto; además su Director había rechazado el ofrecimiento del Consejo de la Hispanidad para dirigir Raza. Parece que el día del estreno, con una nutrida asistencia de militares de alta graduación, rigurosamente uniformados, se observó en ellos crecientes gestos de disconformidad y enojo según avanzaba la proyección; al parecer, un orondo coronel se levantó y dijo algo así como "esto es intolerable". Otro "parece ser" apuntaba que se había ordenado oficialmente su secuestro y la destrucción de todas sus copias.. aunque no se sabía a ciencia cierta si hubo tal orden, y en tal caso si procedía de las altas jerarquías del Ejército...o de El Pardo. ¡La película falangista que Franco prohibió! Pero no ha habido certeza alguna. No era un caso como el de El Crucero Baleares  prohibida fulminantemente con la orden de destrucción de todas sus copias (nuestros lectores tienen a su disposición una Entrada específica en este Blog). Tampoco había tenido ningún problema con la Censura, ya que existe constancia de que ésta dio su pláceme sin objeción alguna. Ni había sido retocada modificando secuencias y diálogos como en el caso de Frente de Madrid (Carmen fra I Rossi) (1939) de la que también nos ocupamos oportunamente en la Entrada Conchita y Edgar en Italia. Para redondear la incógnita, aquellos que podían haber contado lo que sabían de tan peliagudo asunto, o lo silenciaron intencionadamente o se fueron muriendo y así callando para siempre.  

        Nosotros creemos que en realidad se dio un cúmulo de circunstancias que aconsejaron a CEPICSA una conveniente maniobra de prestidigitación, a la que no se opuso su Consejo administrativo por la cuenta que le traía. Este "nada por aquí, nada por acá" pudo haber sido sugerido discretamente al oído de sus directivos, o deducido olfateando el ambiente. O ambas cosas. De modo y manera que la película desapareció, a excepción de la copia que alguien (intencionadamente o por descuido) acomodó en lo alto de una estantería. A fin de cuentas, aquello tenía propietario legal. Repasaremos algo más adelante las circunstancias que, según nuestra opinión, pudieron influir hasta el punto de provocar dicha desaparición. Las pueden Vds. contrastar y/o enriquecer con los excelentes estudios existentes sobre el tema, fácilmente accesibles en la Red, como el ya clásico de Alberto Elena. Busquen y hallarán. 

        

Arévalo durante el rodaje de ¡Harka! 1941

        Así las cosas y mientras Franco tejía y destejía, Carlos Arévalo se puso manos a la obra con su película Rojo y negro. La trama argumental estaba inspirada en un guión cinematográfico del propio Arévalo titulado Dos, presentado por él a un concurso de guiones en 1934, en plena República. No consiguió entonces ningún reconocimiento ni que se le abrieran las puertas del mundo del cine, pero cuando pudo llevar a cabo su proyecto a partir de aquel guión hizo un excelente trabajo. Su modo de narrar fue innovador, vanguardista, y logró sacar de los actores unos personajes humanos, creíbles. Pero vamos a ir desgranando las particularidades que terminarían por hacer incómoda la propia película, dentro del contexto arriba descrito.


Conchita Montenegro en
  La mujer y el pelele. 1929

Del mismo film. No necesita comentario.


         Comenzaremos por Conchita Montenegro. Esta actriz española de prestigio internacional (Se sabía que había protagonizado un desnudo integral en el film francés La mujer y el pelele) que había formado parte del elenco de españoles desplazados a Hollywood, encarnó el papel protagonista que le iba como un guante: Luisauna mujer independiente, con ideas propias, alejada del arquetipo femenino -sumiso y obediente al hombre- que aparecía en Raza; capaz de participar, según su criterio, en favor de su País y de afiliarse libremente a un Partido (el Falangista), de luchar, no como un disciplinado soldado, pero con el valor y la entereza necesarias para encarar la muerte en defensa de unos ideales. Nosotros intuimos otro podría ser, no mencionado más arriba ni contemplado -que sepamos- hasta ahora: Pudo ser la propia Falange Española la que decidiera la desaparición de la película después de su breve vida: La Iglesia y Falange, disconformes en muchas cosas hasta que la primera se llevó el gato al agua, tenían parecida opinión del papel que correspondía a la mujer en todos los ámbitos. Los dirigentes -y sobre todo las dirigentes- de Falange Española, como apunta certeramente Carme Molinero en su ensayo La mujer durante el primer franquismo, "reiteraron ad nauseam la inferioridad femenina". La imagen de la protagonista, Luisa, verdadera heroína de la película, se daba de bruces con la estampa "varonil" que se pretendía transmitir de la Falange y el Movimiento. 

      Al comienzo del film, cuando se describe la relación infantil de  Luisa y Miguel (Luisita España y Quique Camoiras), se hace patente la diferencia de clase social que existe entre ambos: Él vive en una corrala, ella en un piso de clase media en la Corredera Baja. Les vemos hablar, ella desde arriba, él desde abajo en una hábil combinación de planos que refuerza la idea de desnivel social. Él, Miguel ya hombre, interpretado por un casi debutante Ismael Merlo, terminará abrazando el anarquismo, empujado por las injustas diferencias sociales y de clase. (uno de los objetivos a eliminar en el ideario falangista). Se pone el índice, nada más comenzar la película, en el descontento popular provocado por la Guerra de Marruecos. Pero hay más mensajes en el film que justifican la intervención mesiánica de la Falange: Se suceden una serie de planos en los que se denuncia lo inminente de una guerra civil y la insensibilidad de unos y otros. Se critica la incompetencia de los políticos, la inutilidad de los intelectuales, la frivolidad e insensatez de los burgueses, los oscuros intereses económicos de algunos. Y mientras sube la presión, vemos imágenes de archivo que muestran la anarquía en que vive el País. La aparición de un soldado sosteniendo, desplegada, una bandera de Falange Española, proporcionará la metáfora inequívoca. "¡Cayó la gota que colma el vaso!: Para que en España vuelva a amanecer, la Falange derramará su sangre";  hasta entonces, acatará la autoridad del ejército por la conveniencia bélica de un mando único. 

        Ya adultos, Luisa y Miguel están enamorados. Y él, pese a ser un miliciano anarquista, con cierto poder en la Checa de Fomento, es honrado, buena persona. Le vemos dudar cuando su correligionarios, en pleno debate, le empujan a justificar los crímenes. De hecho, poseído por una repentina clarividencia, entregará su vida uniendo su causa a la de Luisa. Pero ese desenlace era intolerable. Para el ejército vencedor, la Guerra Civil no había sido un enfrentamiento de ideas, había sido una Cruzada. Nada menos. Y el enemigo, el diablo, al que había que exterminar, incluso después de terminada la Contienda. No se podía admitir ni la menor insinuación de reconciliación nacional. Sólo cabía la venganza, el terror. De modo que el plano en el que se ve a Miguel, caído con los brazos en cruz a causa de los disparos de sus antiguos correligionarios, resultó una metáfora igualmente atrevida.

        Por contra, y utilizando un recurso sumamente vanguardista (con un decorado construido ex-profeso) se recrea un edificio sin fachada que permite contemplar el interior de cada uno de sus cinco pisos, el espectador asiste así a la puesta en escena de todo cuanto sucede en la Checa de Fomento. Las celdas con los apesadumbrados detenidos, los despachos de los comisarios políticos, reuniones en los que se decide  quien es reo de muerte y porqué, siniestras oficinas, máquinas de escribir dando forma a falsas acusaciones, retratos en las paredes..una colmena vista hasta el menor detalle gracias al hábil manejo de la cámara que, instalada sobre una grúa, pasa y repasa por cada estancia, mostrando lo que ocurre en su interior. Es el retrato del terror, de la arbitrariedad, del desorden y de la crueldad ejecutada fríamente.

        La música, del Maestro Tellería -compositor, como todo el mundo sabe, del himno de Falange- aporta el necesario refuerzo dramático y contribuye a dar al film ese aire surrealista tan característico del cine experimental de la época.

       Hay algo que nos tiene perplejos: la mayoría de los críticos y estudiosos parece no comprender esta película tan inusual dentro de la filmografía de Carlos Arévalo; como que no encaja en una filmografía de tan sólo 11 títulos, que arrancó con Harka (1941) y que, con algún lapso prolongado de tiempo, se completó con cintas inocuas promovidas por el oportunista Sergio Newman. Parece que a todo el mundo le cuesta un esfuerzo gigantesco reconocer ciertos hechos, sobradamente probados: En los primeros meses de la Guerra Civil, el domicilio familiar de Carlos Arévalo fue registrado por milicianos. Como consecuencia, su padre, un empresario del sector del mármol fue detenido y más tarde ejecutado. Su hermano, afiliado a Falange, sufrió igual destino tras pasar por una checa. Y él mismo se libró de una muerte segura al recibir un proverbial aviso. Aunque se da por cierta su condición de quintacolumnista en el Madrid asediado de la Guerra, no está tan clara su afiliación a Falange, aunque sí su afinidad con altos cargos de la misma una vez terminado el conflicto. Pero no nos extraña en absoluto que hiciese esa película después de haber vivido momentos tan dramáticos en su propia familia. Dulce bellum inexpertis, que dijo Píndaro: La guerra es dulce para aquellos que no la han vivido.   

        El paso por el cine de Carlos Arévalo, que en realidad era escultor de profesión, fue tan frustrante como efímero. Además de haber declarado que Rojo y Negro se estrenó precipitadamente y sin su permiso, tuvo problemas con la Censura en sus siguientes realizaciones. Había estallado La Paz. Nunca reclamó su obra maestra ni supo nada de su paradero y a partir de 1960 abandonó definitivamente el Cine dedicándose a esculpir por encargo. Falleció en 1989.

        Ha llegado el momento de ver la película. Después, contaremos un par de anécdotas sobre sus principales protagonistas. 

  


       

    Tras el título y los créditos, aparece un texto -que estimamos excesivamente largo-  que trata de explicar el planteamiento de la película, descrita como una jornada completa, metáfora del pasado, presente y futuro. La última frase dice así: "La Mañana, el Día, desembocan con el desfile de sus horas plenas de temores y esperanzas en la Noche, roja de sangre y negra de Odio, que rompe al fin en una Autora triunfante".

    

El agua rebosa en la copa.



Desfile de la tropa camino de Marruecos.

Luisita y Miguel contemplan el desfile




                Durante esta secuencia inicial, la cámara se detiene ante algunas personas del público que, desde las aceras, contempla un desfile de soldados con música de cornetas y tambores. Nos muestra sus semblantes de pena o disconformidad y nos permite escucharles: Se hace referencia a la inutilidad de un nuevo desastre (aludiendo a Annual),  al sinsentido de prolongar la guerra ("más carne de cañón al servicio de unos....") y a que "no se nos ha perdido nada allí". Nos enteramos por los comentarios de Luisita de que entre el público está, llorando, la madre de un soldado caído en África, "hace poco". Repentinamente, el aire se llena de octavillas. Luisita recoge una y la leen:



Este detalle del film, apenas iniciado, ya debió ser suficiente ofensa
 para muchos africanistas.



      
 


            Pasa el tiempo y Luisa y Miguel, ya adultos, son novios tal como anticipaba su estrecha relación infantil. Él está implicado en lo que se insinúa como la CNT o la FAI. Ante un cartel que anuncia un mitín encabezado por José Antonio Primo de Rivera, discuten a causa de lo opuesto de sus convicciones políticas. Ella no está de acuerdo con sus palabras. Miguel arranca airado el cartel de la pared y el bolso de Luisa cae al suelo. Él se apresta a recoger los objetos desparramados  entre los que encuentra una insignia. En ese momento queda claro que ambos están implicados, cada uno en su facción. Notoriamente opuestas.


Miguel recoge del suelo un emblema
con el yugo y las flechas.


        A partir de este momento se describe el caos en que vive el País mediante imágenes de archivo, a la vez que, con otras de creación propia, se ridiculiza/denuncia a políticos, burgueses y usureros como responsables de la situación. Todos hablan de la situación, pero nadie hace nada. Se intercala la transparencia de un manómetro cuya imparable aguja señala la creciente presión social. Hasta estallar la Guerra Civil.















Mujeres capaces de dar discursos
y otras de ir a escucharlos. ¡Qué osadía!
Tertulianos charlatanes...Bla, bla, bla.











    
Templos destruídos..

Destrucción de símbolos religiosos.




Intervención de la Falange como salvadora de la Patria. El soldado rasga con su
 sable las escenas de desorden, queriendo significar que pone fin a tal situación.



y estalla el conflicto armado. 




        España ya está en guerra. La acción continúa en el Madrid de los primeros meses tras el alzamiento militar. Luisa llega a su casa. Se encuentra allí a Julio, un camarada que no puede regresar a su propio domicilio porque ya le pisan los talones. Necesita que alguien vaya a tranquilizar a su madre...y a recoger una pistola que tiene escondida detrás de un armario, en su habitación. Luisa decide hacer los dos recados. Para ello, pregunta a Julio si en su finca vive alguien de izquierdas: así evitará cualquier sospecha. Sí. Allí vive también un tal Emilio Oriol. Será la excusa de Luisa para acceder a la vivienda de Julio sin ofrecer pistas al portero. 


Julio narra sus cuitas Luisa. Resulta llamativo que
 muchachos como éste, o su amigo Pablo, fueran pegando
 tiros por la calle antes de la Guerra.


        Antes de salir para llevar a cabo el encargo, Luisa llama a Anselma, la portera de la finca, para pedirle la llave de la buhardilla trastero: En realidad pretende esconder allí a Julio para que pase la noche. Hay un momento de tensión contenida con la fámula, a la que se ha dado una explicación trivial. Por segunda vez se describe el peligro que suponían los porteros y porteras de las fincas ya que, desde su posición privilegiada, conocían perfectamente a los habitantes del inmueble y en algunos casos les delataban. Parecidas sugerencias aparecen en Madrid, de Corte a Checa, de Agustín de Foxá y otras narraciones sobre la vida cotidiana en aquel Madrid sitiado. 


Anselma...portera y posible delatora.  



Luisa en el domicilio de Julio,
 con su madre.

Luisa escucha las cuitas de Julio





        Luisa ya está en casa de Julio. Su madre, la Sra. de Hidalgo, (Ana de Siria) está muy afectada porque los milicianos han pasado por allí y se han llevado a un amigo de su hijo, Pablo, presente en aquel momento en el domicilio. Al parecer se encuentra detenido en el convento de las Adoratrices. Luisa la tranquiliza y le dice que ha de recoger "algo" de su dormitorio. La madre queda más tranquila y Luisa vuelve a su casa con la pistola en el bolso.

     Más adelante (quizá unos días después) vemos a Luisa entrevistarse en la calle, disimulando y sin dejar de caminar, con un jefe de Falange al que pone al corriente del paradero de ambos muchachos. Respecto al detenido, se ofrece a ir a comprobar si es cierto y en qué condiciones está. Su jefe le autoriza la estratagema pero le pide precaución. De modo que Luisa se planta en la checa de Adoratrices, haciéndose pasar por la compañera de un miliciano, un imaginario Antonio Jimenez. Evidentemente no está allí, ni siquiera le conocen, pero ella con desenvoltura, dice que le esperará. Poco después pide ver a los detenidos..por puro morbo. Un miliciano la acompaña hasta la celda donde están encerrados y abre la puerta para que ella los contemple:


Luisa en la boca del lobo.
"Aquí los tienes:
 gordos, flacos y entreveráos".

 




 Sí.Pablo se encuentra entre los detenidos.


        Una vez cumplida su misión, Luisa inicia la retirada pretextando que su Antonio Jimenez no aparece y que ya no le espera más. Aparenta aplomo y desenvoltura pero ha despertado las sospechas de Ignacio (José Sepúlveda), uno de los que mandan allí. Éste comienza a interrogarla, le pregunta dónde vive...y descubre que lleva una medallita de la Virgen al cuello. No convence a Ignacio ninguna de sus respuestas. Finalmente la dejan ir, pero tras ella sale un miliciano, encargado de seguirla y averiguar su verdadero domicilio. 

          


 


"Síguela y averigua donde vive.."


          El perseguidor ha hecho bien su trabajo. Descubre que Luisa se dirige a un domicilio diferente al que había declarado como propio. No tarda en aparecer un piquete en la casa para efectuar un registro...  


                                        

                 

             





        Encuentran cuatro chucherías "de santos", un viejo sable...y un devocionario. El miliciano lo hojea y, fatalmente, de su interior cae al suelo un papel. Se trata nada menos que del alta de Luisa en Falange y su número en clave. Ante tal evidencia se la llevan detenida. Ya en la checa de Adoratrices, Luisa es encerrada, aislada, en una celda, mientras los milicianos se sientan a beber y comentar su sagaz maniobra. Se emborrachan y uno de ellos -no se llega a ver cual- entra en la celda y la viola. 
 

 



        La escena es sugerida por los planos sucesivos de Luisa, a punto de ser violada y justo después del atropello. De allí se la llevarán a la checa de Fomento. La cámara recorre -como hemos descrito más arriba- estancia por estancia el edificio, mostrándonos lo que sucede. Vemos un grupo de comisarios discutiendo. Vemos a Luisa, encerrada ya con otras detenidas. Su madre va en repetidas ocasiones a interesarse por su paradero y llevarle alguna cosa. Al final, un miliciano tiene un rasgo de humanidad: permite a Luisa que sepa que su madre está allí, con un paquete para ella. Como las visitas están prohibidas, la detenida improvisa una nota de adiós para que se la entreguen.


Nótese que duda sobre si pedir ayuda a Miguel o quizá
a sus camaradas. Después tacha la frase iniciada. bandona la idea.





  

             






      El fatal desenlace no tarda en llegar. En una "saca" es llevada junto a otros detenidos a la Pradera de San Isidro. Una vez allí, son fusilados, como tantos otros.




        Los acontecimientos se precipitan a partir de este momento. Miguel averigua, por la madre de Luisa, que se la han llevado a la checa de Fomento. Una vez allí, se entera de que la han dado el "paseo". Corre a la Pradera de San Isidro donde hallará su cadáver junto al de otras víctimas. La desesperación se apodera de él. Comprende la inutilidad y la irracionalidad de tanta violencia. Fuera de sí, tirotea al primer coche de milicianos que ve pasar: éstos le devuelven el fuego y cae muerto, con los brazos en cruz.
 













        ...hasta aquí, la película. Y ahora, vamos a por las anécdotas prometidas. Como suele suceder, unos las conocerán y otros no; evidentemente las traemos aquí para los segundos. Empezaremos por Conchita Montenegro. Esta célebre actriz donostiarra debutó en el cine con dos películas españolas: Sortilegio (1927) y Rosa de Madrid (1928). En 1929 ya está en Francia donde participa en La mujer y el pelele, a la que nos hemos referido más arriba. Las buenas notas en física y química que le proporcionó el mencionado film le abrieron las puertas de Hollywood. En 1930 empieza en la Meca del Cine como actriz en films destinados al mercado norteamericano (con Buster Keaton, Norma Shearer, Chaplin, Gable, etc.) y al hispano parlante (con Juan de Landa, Paul Ellis, María Alba o Ernesto Vilches). 


Una escena de Prohibido. 1931


     En 1931, con ocasión del rodaje de Prohibido conoce a Leslie Howard (Sí, Ashley, el amor imposible de Escarlata O'Hara de Lo que el Viento se llevó), su partenaire en el citado film. Se enamoraron y, pese a que él a sus 40 años le doblaba la edad, mantuvieron una relación, públicamente conocida, durante aproximadamente cinco años. Al terminar el romance, Conchita volvió a Europa, casada con Raoul Roulien y continuó haciendo cine en Francia hasta que la pareja se divorció. Se instaló en España después de la Guerra Civil y rodó Rojo y Negro en 1942. 


Firmando autógrafos en el
 Instituto Británico de Madrid. (foto EFE)


        En 1943, Leslie Howard, que era ciudadano británico, viajó a España para -supuestamente- dar unas conferencias sobre Hamlet. Europa estaba ya en guerra y a Franco le tiraban los tejos tanto los aliados como los alemanes, dada la posición sumamente estratégica de nuestro País. Al final, el caudillo destituirá a Ramón Serrano Súñer, el germanófilo ministro de Exteriores y declarará la neutralidad absoluta de España en el conflicto. Uno de los agentes británicos encubiertos era Leslie Howard, desplazado a España para conseguir una entrevista con Franco e influir en él para evitar que España se alineara con el Eje en el conflicto. Por supuesto, aprovecha para ver a su antiguo amor, pareja en aquel momento de Ricardo Gimenez-Arnau (el tío de Jimmy, de Tele-5) notorio falangista que le consiguió el deseado encuentro. Hay quien atribuye a tal audiencia con Franco los cambios que siguieron a la destitución del cuñadísimo.


La pareja en Madrid. 1943. (Foto Warner).

     El 1 de junio de aquel año, después de dos meses en España y al regresar a Reino Unido, el avión en que viajaba Howard (777 de la KLM/BOAC, que cubría la ruta supuestamente segura Lisboa-Bristol) fue atacado ferozmente por varios aparatos alemanes, que lo derribaron provocando que se estrellase en el mar, pereciendo el piloto, tres tripulantes y sus 13 pasajeros. Todavía se especula sobre si el inusual ataque alemán se debió a que querían eliminar a Leslie, agente del Servicio de Inteligencia británico, o convencidos de que en realidad era Winston Churchill quien regresaba a Inglaterra a bordo del avión, tras un viaje de incógnito. Conchita abandonó el cine el año siguiente. Ni concedió entrevistas ni acudió a recoger premios o a actos públicos. En 1990, el Ministerio de Cultura quiso darle la medalla al Mérito Artístico, que también rechazó cortésmente. Falleció a los 94 años, el 22 de abril de 2007, con la misma discreción con que había vivido.


El avión implicado, en una foto conmemorativa de sus
1.000 vuelos Lisboa-Bristol. (1942)


       Y ahora, cuatro detalles que rodearon la vida del otro protagonista: Ismael Merlo sin pretensión alguna de hacer la competencia a los programas de T.V. que se ocupan de las entretelas familiares. 

        De casta le venía al galgo, porque su madre era prima de Concha Piquer y su padre el conocido actor Abelardo Merlo. Se casó con María Luisa Colomina con la que tuvo una hija: María Luisa Merlo, quien a su vez -y con la edad adecuada- se casó con el actor Carlos Larrañaga, inaugurando otra rama de tan artística familia. 

 

La Colomina, la pequeña Mª Luisa e Ismael.

        Profesionalmente, Ismael Merlo se estrenó en 1934 en su Valencia natal, participando en el montaje La vuelta al mundo en ochenta días con la Compañía de Enrique Rambal (padre). Quisiéramos dedicar en alguna ocasión una Entrada a Enrique Rambal y sus truculentos montajes teatrales que luchaban desesperadamente, a base de ingenio y fantasía, contra la severa competencia del pujante Cine. La obra de este hombre quedó como un eslabón único y exótico entre Cine y Teatro. 

    Pero volvamos a Ismael Merlo: Trabajó hasta 1984, año de su fallecimiento, siempre respetado como actor de Teatro, Cine y Televisión, cosechando prestigio y una indudable popularidad, hasta completar una filmografía de  85 títulos. Respecto a su vida familiar, separado muy pronto de María Luisa Colomina, se volvió a casar con...Vicky Lagos.


Se casaron en 1973. Ella tenía 35 años y él 57.Fue una boda por amor aplaudida por el público español, muy dado a bendecir o condenar ciertas uniones.

  

        Vicky Lagos, reconocida actriz, también procedía de dos familias artísticas. Para explicarlo, hemos de remontarnos al famoso actor teatral Alfonso Muñoz Hernández (1889/1957), padre de las actrices Mimí, Pilar y Amelia Muñoz. Sobre estas actrices, tienen los lectores a su disposición una Entrada específica en la que se trata ampliamente de todos ellos: "Estrellas fugaces: Amelia Muñoz" fallecida prematuramente.  Otra de las hermanas, Mimí, fue enviada por su padre a Italia para que empezara allí como actriz y de paso evitarle las penurias de la Guerra Civil. En Italia, Mimí obtuvo dos papelitos en el Cine y conoció a Vittorio de Sica. Este actor italiano, de merecida popularidad y con propensión a perseguir faldas españolas (aún estando casado), dejó embarazada a Mimí. La niña que nació fue Vicky Lagos. Al parecer, Vittorio nunca dejó desatendidas sus obligaciones como padre, pero jamás la reconoció legalmente. Cuando Mimí regresó a España, años después, se casó con el Dr. Goyanes, el cual tenía ya tres hijas, futuras actrices conocidas como Mara, María José y Conchita Goyanes. El Dr. Goyanes adoptó legalmente a Vicky considerándola y criándola como una hija más (Amelia Victoria Goyanes Muñoz). Que se sepa, las cuatro hijas se criaron juntas y siempre se llevaron bien.


            


Para confeccionar esta Entrada hemos consultado los siguientes ensayos:

¿Quién prohibió rojo y negro? Alberto Elena.

La mujer durante el primer franquismo. Carme Molinero. Revista de Occidente. Diciembre 1999.

Ilustran la Entrada los fotogramas de la película y varias fotografías. En alguna de éstas se cita al pie la fuente o Agencia. En cualquier caso, nos remitimos a la declaración de principios expresada en la primera Entrada de este Blog, en la que se reconoce públicamente la legítima propiedad de los dueños de cuantas imágenes se reproduzcan y, en todo caso, la fuente de la que proceden.