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LAS MÁS APLAUDIDAS: BIENVENIDO MR. MARSHALL

 





             Haremos la acostumbrada advertencia a los lectores: todo lo que aquí digamos ya ha sido dicho antes por el Director de la película, sus colaboradores, los críticos, los historiadores de nuestro cine, los comentaristas e incluso los simples espectadores, que también tienen su opinión. Y por si fuera poco, existen unas anécdotas sobre el rodaje y la exhibición de la película que ya son legendarias. Nuestro propósito como siempre es recoger y divulgar esto y aquello, los detalles, la génesis de la película, el entorno histórico, las vicisitudes del rodaje, imágenes y decorados. Y algún comentario elogioso a tal o cual interpretación. Esta vez ni siquiera vamos a contar el argumento, porque todo el mundo ha visto alguna vez Bienvenido Mr. Marshall, verdad?.  



        Bardem y Berlanga, como es sabido, habían co-dirigido Esa pareja feliz el año 1953. Ya aprendimos hace mucho tiempo que nada es absolutamente nuevo, original. Y Esa pareja feliz en palabras de Berlanga es tributaria, en parte, de Se escapó la suerte, película francesa de Jacques Becker del año 1947. A nuestros queridos Bardem y Berlanga les habría gustado enfatizar la influencia de Preston Sturges o del mismísimo Arniches, pero en cuanto a la historia, a la que más se parece es a Se escapó la suerte. Su gracia consistió en que se trataban cosas más cercanas, más naturales, más divertidas y totalmente distintas de las que se filmaban por aquel entonces. Un dato curioso es que se estrenó después de Bienvenido Mr. Marshall. En el mes de Agosto de 1953.

Berlanga y Bardem, ambos a la izquierda, en una toma de los tejados de Madrid para
  Esa pareja feliz.

            Llegó el momento de Bienvenido Mr.Marshall. El guión lo habían escrito entre los dos, y según la versión que corre por ahí Miguel Mihura le había dado algunos retoques. En principio la iban a dirigir entre ambos, al igual que sucediera en la película anterior, pero Bardem se retiró al no llegar a un acuerdo económico con la Productora; Berlanga y Muñoz Suay, en cambio, siguieron adelante. Bardem les reprochó que no hiciesen causa común con él, pero los dados ya estaban rodando y la película echó a andar. En cualquier caso, en los créditos se respeta -y prioriza- el nombre de Bardem al nombrar la autoría del guión. Y existen publicaciones francesas que atribuyen a Bardem la dirección, o a ambos a la vez. Bien. Vamos a intentar contar -evocando las palabras de Berlanga y alguna otra fuente- el cómo empezó la cosa.


Lolita Sevilla.

 

           Y fue más o menos así. Lolita Sevilla era una joven tonadillera que apuntaba dignas maneras para triunfar sobre los escenarios, además de ser muy atractiva. Cuando llegó a Madrid siendo una adolescente, ya traía su pequeño currículum. Sevillana de nacimiento, había sido alumna desde muy jovencita del Maestro Realito y de Adelita Domingo y se  había enrolado en la Compañía Los Chavalillos de España.  El caso es que conoció en la sala de fiestas del Jardín de Villarosa de Madrid a un señor llamado Joaquín Reig. Este Reig, según contó Berlanga era un ex-cura que se tomó muy en serio la carrera de Lolita. Sus motivos tendría, pero estaba dispuesto a poner el dinero necesario para una película en la que se luciera su protegida. El guión le traía sin cuidado, pero tenía que ser "de ambiente andaluz", permitir el lucimiento de Lolita y que ésta interpretase cinco o seis canciones. A tal efecto, encargó a un valenciano, comunista de pro, todo el asunto. Y este comunista contactó a su vez con un correligionario -Bardem- y su colega -Berlanga-. Entre ambos escribieron dos guiones: uno basado en un drama y otro en una comedia. La comedia gustó mucho más y arrancó el proyecto. La productora sería Uninci (propiedad de los hermanos Joaquín y Alberto Reig, entre otros), como productor ejecutivo se nombró a Vicente Sempere  y el asistente a la dirección sería Ricardo Muñoz Suay. Los directores, los autores del guión: Bardem y Berlanga. Pero ya hemos explicado más arriba que Berlanga, al final, la dirigió en solitario.


Muñoz Suay en el centro, con su característica boina.


            Antes de continuar añadiremos que, según hemos leído, y rectificando la versión aceptada por casi todo el mundo, la colaboración de Miguel Mihura llegó más allá de unas meras acotaciones, tachaduras o comentarios sobre los diálogos del guión que escribieran los dos amigos. Algunos expertos distinguen entre el guión que se le entregó a Mihura y el que éste devolvió con el texto -bastante diferente- que siempre hemos disfrutado. Citaremos como meros ejemplos de su ingenio y humor, siempre absurdos cuando no surrealistas, la explicación del médico defendiendo su idea de la fuente luminosa, el discurso del alcalde desde el balcón del ayuntamiento: -como alcalde vuestro que soy, os voy a dar una explicación y esa explicación os la voy a pagar...porque como alcalde vuestro que soy..." o las respuestas de Lolita a los razonamientos de Manolo Morán:




 -Verdá niña?

  -Ozú.! 

 -Ea, lo está usté viendo? 

 -Digo.!

         También hemos de hablar de la Censura. La película pasó sin pena ni gloria por tan temido trance, a excepción de algún comentario para que la figura del señor cura, Don Cosme (Luis Pérez de León), no perdiese en ningún momento su dignidad, o que el sueño de la maestra Doña Eloísa (Elvira Quintillá) no tuviese connotaciones eróticas. Se ha dicho también que el anti americanismo y el hecho de ensalzar los valores patrios, nuestra hidalguía frente al bloqueo internacional, pesaron y mucho en aquel momento a favor de la película. "No será mi mano la que se abra ante su bolsa", decía el hidalgo Don Luis (Alberto Romea), representante del vale más honra sin barcos que barcos sin honra. Bienvenido Mr. Marshall se estrenó el 4 de abril de 1953 en el cine Callao de Madrid. Pero si la película llega a retrasarse, es muy probable que nunca hubiera tenido las hechuras con que la conocemos: Sólo unos meses después de su estreno se firmó el tratado/convenio defensivo con los Estados Unidos, y las bases y las tropas estadounidenses en territorio español invitaban a evitar cualquier roce. Al final España no se benefició del Plan Marshall, pero sí obtuvo compensaciones como consecuencia de dicho tratado. 

           Pero hay algo más que debemos contar. En 1948 Franco había intentado un acercamiento a los Estados Unidos, invitando a un Senador católico y de origen irlandés para que conociese la realidad de España. A su regreso, éste consiguió que Truman se interesase por el caso español, pero el Presidente puso una condición: que en España hubiese libertad de culto. Ante este hecho, Franco envió un despacho consultando al Vaticano la conveniencia de hacer alguna rectificación positiva en ese sentido. El Vaticano tardó cuatro años en contestar, y lo hizo en forma negativa. Vamos a transcribir las palabras de Don Cosme, el cura párroco, intentando alertar a sus feligreses, reunidos en una sesión informativa a cargo de la maestra, sobre el peligro que suponía acercarse a los norteamericanos, porque en Estados Unidos había:

"¡cuarenta y nueve millones de protestantes, cuatrocientos mil indios, doscientos mil chinos, cinco millones de judíos, trece millones de negros y diez millones de...nada!"


Anuncio del estreno. ABC del 4 de abril de 1953

      

        Y la producción? Cuánto costó esta película? Cómo se movió el dinero? Pues fue un ejemplo de que sólo se bautiza el que tiene buenos padrinos. La película no sólo obtuvo el visto bueno de la Censura, sino que al ser calificada de interés nacional, Uninci conseguió las correspondientes licencias de rodaje y  se embolsó 1.600.000 pesetas. Y no faltó dinero, ni para la ambientación, ni para la construcción de decorados ni mucho menos para pagar a todo el mundo: Lolita Sevilla cobró 200.000 pesetas. Manolo Morán, 75.000 y Pepe Isbert 50.000. También hubo 25.000 pesetas para Miguel Mihura. En el otro extremo de la lista de pagos estaban los extras, y fueron muchos ya que casi todo el pueblo donde se rodó hizo de figurante. Los habitantes que todavía viven recuerdan que se cobraban 25 pesetas diarias. El expediente de la película, fechado el 27 de enero de 1953 cifraba el presupuesto en 4.954.982,- pesetas.



  

            El pueblo. Para recrear Villar Del Río, la localidad en la que se desarrolla la película, se escogió Guadalix de la Sierra, en la provincia de Madrid, situado a unos cincuenta kilómetros de la capital. Para la ambientación hacía falta que la plaza tuviese también su iglesia parroquial, ya que la verdadera, el templo de S. Juan Bautista, quedaba algo apartado. Y se construyó el decorado para que hubiese iglesia donde convenía. Francisco Canet Cubel, también propietario de Uninci, se lució. Enhorabuena.


       

El decorado de la iglesia ya terminado.

            Hablemos ahora de la música. La película contiene dos  vertientes musicales totalmente distintas. Por una parte, la música propia de la película, llamada en los créditos música de fondo. Lo que hoy llamaríamos banda sonora. Y por la otra, la música y letra de las canciones que interpreta Carmen Vargas (Lolita Sevilla), la máxima estrella de la canción andaluza. Comencemos pues por la primera. Esta parte es obra de un excelente compositor español, normalmente desconocido por el gran público: Jesús García Leoz (1904-1953), perteneciente a la llamada Generación de la República.

 
Jesús García Leoz.

            
                En estos tiempos en los que se aprecia -como nunca antes- la labor de los compositores de música para el cine, los españoles deberían recordar a este compatriota, excelente músico y compositor. Además de una extensa obra sinfónica, compuso la música para más de 120 películas. Por citar alguna, valgan Surcos (1951), Balarrasa (1950), Vida en sombras (1952), o Esa pareja feliz (1953). Existen poquísimas grabaciones de su obra y creemos que su figura  merece un mayor reconocimiento. Y si hay una película que muestra ampliamente sus dotes es esta. De principio a fin, la música de García Leoz crea la ambientación para cada momento, como el scherzo, alegre y prometedor, de los títulos de crédito y del autocar que va... 




...camino del pueblo, o los aires flamencos para adornar las reuniones multitudinarias en la plaza, o la instalación de decorados que tratan de recrear el pueblo andaluz: Una guitarra sonará melancólica al completarse el encantamiento con el encendido de los faroles.




     Música descriptiva que acompaña a cada uno de los personajes, especialmente sus sueños, desde el jazz que se escucha durante la pesadilla de Don Cosme, o la fanfarria colonial del sueño de Don Luis y, la mejor: la que colorea todas las imágenes del sueño de Don Pablo, el alcalde, con pianola de saloon del Oeste y violín con ecos de country, y la que suena como fondo de la pelea tumultuosa al final de la secuencia. Porqué no volver a ver la película fijándose en la calidad de su música?


De izquierda a derecha, Valerio, Soriano y Ochaíta
 con Conchita Piquer.

                Y toca hablar de la segunda faceta musical. Los célebres músicos y letristas Ochaíta, Valerio y el maestro Serrano compusieron cuatro canciones para ser cantadas por Lolita Sevilla. Por aquel entonces sus trabajos gozaban de gran prestigio y los más afamados cantantes de copla les encargaban temas para sus repertorios. De las cuatro canciones, la más popular es la conocida como Coplillas de las divisas. A todo el mundo le suena aquello de "Os recibimos, americanos con alegría.."

   
Lolita Sevilla, flanqueada por Manolo Morán y Pepe Isbert,
 canta las Coplillas de las divisas coreada por todo el pueblo.

             

  Vamos a transcribir la letra completa de las Coplillas, porque no tienen desperdicio y la verdad, en la película no se entiende demasiado bien:


"Los yanquis han venío olé el salero con mil regalos,

y a las niñas bonitas van a obsequiarlas con aeroplanos,
con aeroplanos de chorro libre, que corta el aire
y también rascacielos bien conservaos en "frigidaire".

Americanos, vienen a España gordos y sanos,
viva el tronío de ese gran pueblo con poderío,
¡Olé Virginia y Michigan!,¡ y viva "Tersas" que no está mal!, no está mal!
Os recibimos, americanos con alegría,
¡Ole mi mare!,¡Ole mi suegra y ole mi tía!.

El plan Marshall nos llega del extranjero pa' nuestro avío"
y con tantos "parneses" va a echar buen pelo Villar del Río
traerán divisas pa'quien toree mejor "corría"
y medias y camisas pa'las mocitas más presumías.

Americanos.." (bis)".

 

         Vamos, como dijo alguien, representa la ilusión desmesurada hasta lo patético de aquellos personajes de la España rural en los años cincuenta. Con su innegable toque surrealista.

     






.                     


 
 





            Las otras canciones, interpretadas por Lolita Sevilla en el escenario, o bajándose de él como en el sueño del alcalde, son Ni cariño ni dinero (foto de arriba a la izquierda) Tío páseme el río (arriba a la derecha), y De Sevilla a Canadá (las tres fotografías restantes). 



                            


            Lolita Sevilla, que había nacido en el hispalense barrio de San Lorenzo en 1935 y que se llamaba en realidad Ángeles Moreno Gómez, no terminó aquí su carrera artística. Vinieron después hasta 9 películas como Malagueña (1956) (Con Antonio Molina) Tremolina (1957), Habanera (1958) y espectáculos musicales a lo grande como Las chicas del barrio o Cántame un pasodoble español. Llevó su arte a Italia y a varios países de Hispanoamérica. Esta mujer reunía encanto, condiciones y ganas de triunfar, y recibió este primer empujón sin el cual no sabemos qué habría pasado. Falleció en 2013. 




        Aunque son sobradamente conocidos por los lectores, vamos a hablar un poco del resto de los actores. Tanto los protagonistas (Manolo Morán, Pepe Isbert) como todos los actores de reparto están francamente bien, cada uno en su papel. Y si repasamos el elenco, encontraremos muchos nombres cuyas carreras cinematográficas comenzaron o estaban comenzando en aquel momento: Manuel Aleixandre (por aquel entonces Alejandre), Alberto Romea, Rafael Alonso, Elvira Quintillá, Félix Fernández, Joaquín Roa, José Franco, Ángel Alvarez, José Vivó...magníficos actores secundarios que han dejado filmografías cercanas a los 200 títulos. Y, ¡caramba! hay extras en la película que en un plano de cinco segundos parecen salidos de una Escuela de Interpretación. El chaval de la fila de peticionarios, que cuando le toca el turno pide una bicicleta ¡con timbre!, era un extra vecino del pueblo. Todavía vive y en la Red aparece contando todo aquello. Y si no, el abuelo que no sabe qué necesita y termina pidiendo un clarinete.


Preparando la secuencia de la cola de donativos para pagar la deuda.








            Y llegamos al rodaje y sus vicisitudes. Berlanga ha contado una y mil veces que fue un rodaje difícil. Primero porque Guadalix de la Sierra quedaba -en aquellos tiempos y con aquellas carreteras- muy lejos de Madrid. Los desplazamientos lo complicaban todo muchísimo. Y sobre todo porque prácticamente todo el equipo, formado por unos treinta técnicos, más los actores, maquilladores, etc..estaban en su contra. (él mencionaba como excepción a Elvira Quintillá y a Félix Fernández y nosotros mencionamos también al asistente a la Dirección, Ricardo Muñoz Suay y al productor ejecutivo, Vicente Sempere). Éste último, ante las airadas protestas de Manuel Berenguer, que era el Director de Fotografía, su respuesta era siempre la misma: "este señor se queda".



 
            Qué pasó? Pues sencillamente que no se cayeron bien desde el primer momento. Berenguer consideraba a Berlanga un señorito metido a peliculero y al parecer capitaneaba aquel mal ambiente, aquella animadversión. Y es que un Director de Fotografía en aquellos tiempos, tenía mucho poder. Mucho más que ahora. Atrás quedó la armonía que hubo durante el rodaje de Esa pareja feliz, con el alemán Goldberger llevando la fotografía: fue amabilísimo con los bisoños directores y les ayudó cuanto pudo. En Guadalix la cosa empezó con las novatadas, como hacer mirar al director por la cámara con el obturador cerrado para que diese su opinión acerca del plano que se iba a rodar. Con el obturador así era imposible ver nada, pero los directores novatos solían decir "Lo veo bien, muy bien, adelante" y todos se reían a sus espaldas. Berlanga no cayó en la trampa. Dijo sencillamente: "no se ve nada". No obstante, le cayeron una serie de apodos: Mister cagada, porque tras el corte de cada plano decía algo así como "ha sido una cagada". Otro mote era Señor Viladomat. Éste había sido un director de otra época que, indeciso, hacía a los técnicos cambiar la posición de la cámara muchas veces. Y también el fanfarrón negativo. Éste último era ya antiguo, inventado por Bardem. 





            Al parecer, Berenguer y Berlanga lo que es pegarse no se llegaron a pegar. Pero varias veces hubo que separarlos. En aquel enfrentamiento hubo momentos -ya legendarios- como el del famoso paracaídas. Durante el sueño de Juan, el labrador, los Reyes Magos de Norteamérica le lanzan un tractor desde un avión mediante un paracaídas. Él lo recibe con ilusión, ya que se desloma día tras día con un arado y una mula para sacar adelante a su prole. La secuencia que había que rodar era la del tractor en marcha con Juan al volante y su familia junto a él; el paracaídas todavía enganchado en su parte trasera, flameando e hinchándose al viento. Berenguer estuvo refunfuñando y burlándose durante todos los preparativos de la secuencia. Decía "eso no se levanta ni de coña", o algo así. Parecía difícil que un paracaídas se hinchase atado a un tractor mastodóntico. Pero cuando Berlanga dijo ¡motor!, un golpe de viento, o el Santo protector de los cineastas hicieron que el paracaídas se hinchase. 



 
          Berenguer "se la envainó" como suele decirse, pero se tomó la revancha en otra secuencia. Cuando se iba a rodar el sueño del alcalde, que transcurre en un Saloon del Far West, hizo vestirse de cow-boys a todo el equipo de filmación. Cuando Berlanga apareció para rodar la secuencia, se sorprendió al encontrarse a aquel grupo de técnicos disfrazados y quiso saber el motivo. Parecía otra broma, una mascarada. Berenguer le hizo fijarse en los muchos espejos enmarcados que había detrás de la barra y en que sería muy difícil evitar que se reflejase alguien sin disfraz, detalle que sería descubierto después y que arruinaría lo filmado. 


El Saloon del sueño del alcalde. Otra filigrana obra de Francisco Canet y sus colaboradores.


             Como es sabido, la película había sido designada como la representante de España en la sexta edición del Festival de Cannes. Ya hemos explicado cómo, en caso de haberse retrasado el rodaje, habría sufrido numerosos cortes  e inconvenientes... 



        ... pero la película triunfó. Exactamente se trajo el Premio Internacional a la Mejor Película de Humor y una Mención Especial al mejor Guión. también la FIPRESCI (Federación Internacional de Críticos de Cine) la premió con una Mención Especial. Además, en España, el Círculo de Escritores Cinematográficos le otorgó el premio a la mejor música (Jesús García Leoz) y el Sindicato Nacional del Espectáculo el Premio a la mejor película. 
     
 
Bardem, Berlanga y Neville en Cannes. 1953



Mari Luz Galicia, Neville y Lolita Sevilla.
 Cannes. 1953
.

       Y ahora vienen un par de anécdotas que con el devenir de los años han pasado a formar parte de la leyenda de Bienvenido Mr. Marshall. 

"¿..y no le ha gustao, aquí a este higo chumbo?"


        El asunto Edward G. Robinson. Formaba éste parte del Jurado y se dice que se fue ofendiendo minuto a minuto durante la proyección por los ataques a los Estados Unidos que se vertían en la película. Es sabido que, aun siendo defensor de Roosevelt, fue acusado a principios de los años cincuenta por el HUAC. Formó junto a otros actores el Comité para la Primera Enmienda, en apoyo a los llamados Diez de Hollywood. Más tarde, al ser interrogado proclamó su anticomunismo. En Cannes su indignación llegó al colmo en la secuencia final en la que una banderita de los Estados Unidos corría por el arroyuelo producido por la lluvia, camino de la alcantarilla. Protestó enérgicamente y exigió que se eliminase tal secuencia. Y se salió con la suya pues los representantes españoles no tuvieron ningún problema en complacerle evitando así el riesgo de que la película perdiese toda oportunidad. Berlanga ha contado en varias ocasiones que detrás de la banderita en cuestión navegaba otra de España. Pero el blanco y negro de la cinta hacía resaltar mucho más la norteamericana. Para muchos estudiosos todo aquello no fue sino un intento por parte de Robinson de proclamar su patriotismo, puesto en duda en fechas no muy lejanas.




            La otra anécdota, por otra parte poco creíble, es la de los billetes de dólar. La Productora había hecho, a modo de publicidad, unos programas de mano que imitaban un billete de un dólar, pero con las efigies de los actores de la película. No creemos que sea nada cierto, como se llegó a decir, que Berlanga y sus acompañantes intentaran utilizarlos en el Casino y que terminaran todos en Comisaría acusados de falsificación de moneda. 


Un ejemplar de los billetes en cuestión.

   

        
            Terminaremos esta entrada con lo que quiere ser un humilde homenaje a Guadalix de la Sierra. La película caló hondo entre sus habitantes -recordemos que casi todo el pueblo participó como extra en el rodaje- y por este motivo lo conmemoran todos los años que pueden. Fíjense que incluso han construido una réplica de la iglesia y de la fuente para dar a la plaza un ambiente más acorde con la de la película. El año pasado y este, a causa de la pandemia no ha sido posible, pero su intención es que la conmemoración siga siendo anual. Vamos a mostrar cómo han querido que no se olvide su papel en tan célebre película, una de las joyas de nuestro Cine:
 

El Ayuntamiento.


..porque como Alcalde vuestro que soy...




Rotonda construida en 2008.





lápida conmemorativa.



        Si no han visto la película, véanla, ¡canastos! Es Cine Español, y del mejor. No les faltarán ocasiones este año en que se cumplen 100 años del nacimiento de su creador.