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LA MUJER: MOTOR DE LA TRAMA EN "PLÁCIDO"


 



                        Acerca de Plácido, sexto largometraje de Luis Gª Berlanga  estrenado en 1961 se ha escrito mucho, al igual que de sus otras obras de juventud. Ya recordarán Vds. que el guión aparece firmado por el propio Berlanga además de José Luis Font, de José Luis Colina y de Rafael Azcona; fue esta la segunda y última contribución de Colina en un trabajo de su amigo  mientras que Azcona se estrenaba en lo que ha resultado ser una colaboración genial y duradera con el realizador valenciano. También sabrán Vds. muy probablemente que Plácido recibió dos premios del Círculo de Escritores Cinematográficos: al Director y a la película; que el Sindicato del Espectáculo, por su parte, distinguió como mejor actor de reparto a Manuel Aleixandre, y que además, la película fue nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa. La música la puso Asins Arbó (El verdugo, La vaquilla), la fotografía estuvo a cargo de Paco Sempere (Calabuch, Los jueves milagro) y Alfredo Matas anduvo con el asunto de la producción.

         Sobre la idea generalizada de que el guión se inspiró en una campaña oficial llamada Siente un pobre a su mesa, no hemos encontrado ninguna evidencia. Al menos no en la prensa nacional, ni siquiera en los archivos del No-Do. Cabría la posibilidad de una iniciativa diocesana o radiofónica, a nivel muy local y no circunscrita precisamente a la Nochebuena. Sentimos tener que hacer esta aclaración porque lo de la campaña oficial lo han venido repitiendo, copiándose entre sí, muchos expertos que ni tan siquiera vivieron el franquismo. Eso no quita que, en efecto, la película critique la hipocresía social y la falsa caridad.

                Plácido es una película que nos encanta ver, sobre todo en las largas tardes de Nochebuena, mientras se atienden los últimos detalles en la cocina y se espera a los invitados. Y como sucede con otras películas de nuestro querido Berlanga, volvemos a deleitarnos con ella una y otra vez porque siempre descubrimos algo nuevo, algún comentario o detalle dentro del discurso coral, y porque nos retrataba tal como éramos (y como somos), con ternura, con ironía y con bastante mala leche. 

        Existe además un detalle que alegrará a los conquenses que no lo conozcan. Berlanga dijo a propósito de Plácido: "La historia estuvo siempre pensada para hacerse en una ciudad de provincias. (....) La ciudad de provincias que más me gusta, la ideal para mí y que parece que debido a una serie de circunstancias estoy condenado a no sacar en ninguna de mis películas es Cuenca. (...) Al final, cuando ya Siente un pobre a su mesa estuvo terminada en su fase escrita, vi que tenía que ser hecha en una ciudad más apaisada, más tranquila, sin esa ruptura de paisaje que tiene Cuenca".  

               Aquí no vamos a hablar de los famosos planos-secuencia del Director, de la dificultad para los extranjeros de poner subtítulos a sus películas porque en ellas hablan todos a la vez o de otras cuestiones técnicas de las que ya se ocupan los expertos. Tampoco tenemos mucho que añadir sobre la incomunicación que denuncia el film o los valores de tipo crítico o realista que posee. No. Aquí vamos a tratar de poner en evidencia el hecho de que en Plácido, la mujer es el elemento protagonista que une entre sí y condiciona todas las historias contenidas en el relato. Dicho esto, hemos de añadir que por supuesto hay un Plácido Alonso, un Quintanilla, un Zapater, un Notario, un señor Galán y un señor Helguera, sin faltar un moto-carro, una letra de cambio, unas ollas Cocinex y un deleznable director de Banco.. pero son meros comparsas, figurillas de un teatrito infantil movidas por las hábiles manos femeninas que cuentan su historia, que representan una obra protagonizada por ellas.

     


Rodando las escenas del Casino. Eran principalmente cuatro,
 bastante complicadas, y precisaron diez días de rodaje.

                                



        

            En el argumento de la película, rodada finalmente en Manresa, la acción transcurre en una pequeña capital de provincia. La diosa indiscutible del Olimpo local es Doña Encarna (Amelia de la Torre)señora de Galán y Presidenta del Comité de Damas que hace y deshace a su antojo cualquier cosa que se proponga. Doña Encarna es una pueblerina con dinero, que mata su aburrimiento en una lucha continua por ser "la más". A ella los pobres y la caridad le importan un bledo, lo que desea es seguir siendo la más distinguida de la comunidad y para ello dirige la campaña de Navidad y cuantas iniciativas le permitan lucirse. Su marido, Don Edmundo Galán resulta casi invisible. Su futuro yerno, el imbécil, mezquino e inútil Gabino Quintanilla (José Luis López Vázquez), no es ningún protagonista sino un bufón cuyos cacareos se escuchan durante toda la película. Mandadero de Doña Encarna y futuro yerno por su noviazgo con Martita, (Mari Carmen Yepes) iniciado seguramente por eliminación ante la escasa oferta local.  

    Para controlar la llegada del tren de Madrid "con las artistas" Doña Encarna se instala con su cohorte en la Estación ferroviaria: da órdenes al Jefe de Estación, se zampa un buen trozo del pavo que han de comerse los comparsas y añade carbón a la estufa como si se encontrase en su propia casa.

 



                                                         


      
      Al llegar el tren, no pierde el tiempo y corre para estar en un primer plano cuando bajen los astros de la pantalla. Pero al comenzar a aparecer las actrices, jóvenes, guapas y bien vestidas, le falta tiempo para dejar caer un venenoso comentario:


"Serán unas pelanduscas"

        La reina de las fiestas locales, que para la ocasión sale  disfrazada y capitaneando a las damitas de la caridad es su hija Martita, malcriada y caprichosa, quien junto a su inseparable amiga Fuensanta echa rápidamente el ojo a un joven galán del cinema. De repente se olvida de su impresentable novio (al que momentos antes ha utilizado de fotógrafo y ha arrebatado el abrigo) y se deja arrastrar por el instinto. Las hormonas están ahí por algo y el soplo de aire fresco que trae el mundo del cine nos las muestra ya desinhibidas:


"creo que me ha guiñado el ojo"
"no te hagas ilusiones, ha sido a mí"


        Otra mujer al mando: esta vez una Hermana de la Caridad (María Francés) reprende a uno de los ancianos asilados porque en lugar de ir a un entierro (formar parte de sus comitivas genera algún ingreso al Asilo) ha acudido a la Estación. Le ha pillado porque esconde el cirio debajo de la raída chaqueta:


"Trapalón, a usted le tocaba entierro"
"No hermana, yo quería ver a las artistas"

        Aunque también ella sucumbe al entusiasmo general, seguramente con la esperanza de que todo aquello traiga algún beneficio al batallón de desheredados que pastorea. 

 


      Se organiza una cabalgata con vehículos de todo tipo que transportan artistas, damas de la caridad y un cuadro plástico, montado en el moto-carro de Plácido Alonso (Cassen), que representa una caricatura del rico y el pobre compartiendo mesa y mantel. El cortejo llega al Casino y allí, ante el público, se procede a la subasta de las artistas. Se puja por el privilegio de que una de ellas cene en el hogar del mejor postor. Y aquí vuelven a adquirir todo el protagonismo las mujeres: Actrices de variedades con algún papelito cinematográfico en su haber, pero que ante los provincianos ojos del público resultan exóticas, atractivas y sensuales. Las féminas locales las consideran una peligrosa amenaza. 


Erika (Laura Granados) y Maruja Collado (Carmen Valencia).


Lali (Gloria F. Osuna)
Paquita del Toro

        Hay otra mujer que interviene en la subasta, pero desde el público. Está enfadada y riñe entre dientes a su marido: éste ha hecho la última puja cuando las cantidades subían como la espuma y le han dejado solo, resultando adjudicatario y perdiendo así la paga extraordinaria de Navidad que lleva, calentita, en el bolsillo. 


"Verás como te la ganas"
"Mujer, me estaba mirando jefe"

        Durante la subasta de las artistas, Martita y Fuensanta se han comportado como era de esperar. Todo se precipita cuando llega el momento de entregar las ollas Cocinex a los concursantes; Debe hacerlo Martita, por ser la reina de las fiestas, pero no aparece. Gabino la busca por todo el Casino y al final la encuentra: Esta con Fuensanta en uno de los salones, cosiendo el pantalón del galán cinematográfico (Juan Manuel Simón), que aguarda sentado en calzoncillos, charlando.
 



        La aparición del enfurecido Gabino, que abronca a Martita y se la lleva de vuelta al escenario para que entregue las ollas, deja el campo libre a Fuensanta, que consigue invitar al galán a cenar a su casa:


"¿Y ezte hombre porqué ze pone azí?"
"Es el novio de Martita. Yo no tengo compromiso".
 
           
         Terminado el acto, el resto del público pasa a recoger un pobre para llevárselo a cenar a casa. Hay para elegir: o pobre de la calle o pobre del asilo. El impasible Señor Notario (José Orjas), que ha levantado acta de la subasta con su acostumbrado rigor y dignidad, nada más abandonar el escenario empieza a sufrir los reniegos de su esposa, Doña Rosario (Camino Delgado) nada contenta con el aspecto del pobre que les han asignado.


"Prefiero aquel de allí: que está más arregladito"
"Mujer...es el que nos ha tocado".

            La paz de espíritu del grave fedatario público seguirá siendo atormentada: Después de la cena, su pobre (Vicente Llosá), bien comido y bastante bebido se pone impertinente, canta y requiebra a la señora. Ella está fuera de sí. Su marido protesta débilmente. Será todo lo Notario que quiera, pero allí manda ella.


"Te has empeñado en darle de beber,
 y ya ves cómo se ha puesto"


        Entre tanto, la emisora local está retransmitiendo el aperitivo en casa de los Galán. El pobre, la artista, la familia y el locutor rodean una mesita que atienden las dos diligentes y profesionales doncellas de la casa. Doña Encarna se aproxima al micrófono cuanto puede para decir: 
         

"¿Caviar?"


        Algo ha sucedido: el pobre que cenaba en casa de los Helguera, el Pascual, (Antonio Gandía) se ha puesto gravemente enfermo. Al terminar su cena, toda la familia Galán se encamina al domicilio de Doña María, Señora de Helguera (Julia Delgado Caro), para interesarse por el enfermo. Al conocer la inminente visita, Doña María se ve poseída por un gran nerviosismo: Ella y Doña Encarna son rivales en la sociedad local. No se hablan, porque los Helguera son republicanos y Doña María, en el fondo, tiene complejo de inferioridad. No debiera, ya que Maruja (Carmen Contreras) su hija, es una chica sensata, casada con un Registrador de la Propiedad y madre ya de dos niños. Pero en su febril actividad para estar a la altura ante la visita, Doña María reprende a Antonia, la criada, (Amparo Gómez Ramos) por no llevar bien puesta la cofia, sin hacer caso de sus protestas. Intenta acostar al pobre en la cama de la criada, la cual vuelve a negarse. Dá órdenes y más órdenes. ¡Antonia!,¡Antonia!. Manda entonces, que se acueste al pobre en su propia cama, pero echando colonia "de esa de los mosquitos". A Antonia la envía a avisar a un vecino que es dentista (José Gavilán).


Bibiana (Mary Alda) y Josefa (al piano) las
estrambóticas hermanas del dentista. Fueron captadas
 para la ocasión en la no menos peculiar Taberna Bohemia de Barcelona.


         Doña María acosa también a su esposo Matías (José Franco)  haciéndole que se vista más correctamente. Antes ya le ha ordenado que apagase la radio.. Este Matías Helguera es otro títere en  el argumento: se pasea por la casa en batín y se le da una higa cuanto sucede, interesado únicamente en el turrón que va comiendo de un platito.


"¡Qué zafia es usted, mujer!"



"!No señora, en mi cama no"


        Llega toda la familia Galán, con un sacerdote (Ángel Company), y en un momento se congregan allí el dentista, que sube porque se lo han pedido, llevando consigo a su pobre (Luis Ciges); Plácido, con su mujer (Elvira Quintillá), su suegro (Lepe) y los niños; un vecino de la escalera, capitán retirado del ejército por si hace falta una autoridad y naturalmente toda la familia Helguera. El pobre se muere y encima se enteran de que vive en concubinato con otra anciana beneficiaria de la campaña. ¡No puede morirse en pecado mortal! ¡Hay que casarlos! y envían a por la pobre concubina. Mientras, Martita pide que le den un anís y llama furtivamente a casa de Fuensanta. Apenas puede cruzar unas palabras con el galán: Gabino la sorprende, le arrebata el teléfono y suelta a través del auricular unas bravatas lastimeras.


Concheta, encantada por las atenciones
y cariño que le dispensa Marilú
.


         La anciana que hace vida marital con el moribundo es Concheta, (Julia Caba Alba) nuestra primera heroína. Le ha tocado ir a cenar a casa de la Marilú (Amparo Soler Leal) una prostituta local, mantenida y con pisito, que tiene que atender a su protector (Antonio Ferrandis). Este Ramiro -que así se llama el fulano- es seguramente un hombre casado y con familia que se ha presentado allí en plena Nochebuena, quién sabe urdiendo qué mentiras. Marilú también debe atender a Concheta, su pobre de la campaña. Cuando llaman a la puerta esconde al rijoso Ramiro en un armario y sale a abrir con el susto en el cuerpo. Eran otros tiempos. Marilú es nuestra segunda heroína; seguramente ha optado por esa clase de vida al no poder acceder a otra. Esta mujer consigue contentar a su patético visitante como a un chiquillo, pero está harta de él. Y se le nota.


La Marilú.


        Se llevan a Concheta a casa de los Helguera, donde ya se la espera rezando el Rosario. 
 

Las rivales, en un inesperado cara a cara.

        La misión que se han propuesto entre todos es casar a los pecadores in articulo mortis. La inocente Concheta, que lleva viviendo con Pascual no se sabe desde cuando, se ve superada por la situación y se presta a la farsa con inocencia y bondad. Es probable que aun siendo tan mayores los dos, haya tenido siempre la secreta ilusión de verse casada, remediando así una situación anómala y mal vista en aquellos tiempos.


Concheta, con velo y ramo, visiblemente emocionada,
y maltratada hasta el último momento por su pareja..


"Diga usted que sí, Pascual"

       Tan precipitada boda no va por buen camino. Las preguntas rituales del sacerdote y los comentarios de ánimo y reconvención de los presentes no logran convencer al Pascual, quien con un pie aquí y otro allá, niega con la cabeza una y otra vez. No quiere casarse. No escucha  siquiera las súplicas de Concheta. Pero Doña Encarna no se resigna: coge al enfermo por el cogote y le mueve la cabeza consiguiendo una especie de asentimiento. El cura bendice a los así recién casados y el hombre fallece poco después. Nuestra campeona del decoro y las buenas costumbres se anota un tanto.
        Nuestra tercera heroína es la Emilia, la mujer de Plácido. Habitualmente contribuye a la economía familiar haciendo de señora de los lavabos municipales, donde pasa gran parte del día con los niños: Tiene un hijo de unos siete años y lleva en brazos a una niña de muy corta edad. Al salir de trabajar ha seguido al ignorante de su marido durante todo el periplo de casa en casa. Plácido, tras la boda y la muerte del Pascual, acepta -a cambio de una gratificación- llevar en el moto carro a Concheta y al cadáver hasta la chabola donde habitaban. Cumplida la diligencia y cuando por fin llegan a casa, Emilia teme que la niña haya enfermado. Además se espera de ella que prepare la cena de Nochebuena. Su condición de hija, esposa y madre la obliga una vez más y, a regañadientes, algo preparará. Con tantas idas y venidas el reloj debe marcar ya las dos de la madrugada. Esta mujer representa a otras muchas de aquella época, y a bastantes de las de ahora.


"Ahora ya no tengo ganas de nada".


Cansada y harta.


            Todavía saldrá a la calle para defender la dignidad de su familia, cuando un airado comerciante les amenaza e insulta a gritos, escandalizando en mitad de la noche. La causa ha sido que su cuñado Julián (Manuel Aleixandre), un inútil integral hermano de Plácido, había sido contratado ese día para repartir cestas de Navidad. Al rechazar un destinatario lo que consideraba un soborno, Julián había decidido quedarse con la cesta, sin pararse a pensar en las posibles consecuencias.

                Se aleja el cruel comerciante con los despojos de la cesta, mientras un villancico, que habla de la falta de Caridad en este mundo, acompaña el cartel de





                   

       


  

                












ESTRELLAS APAGADAS: TINA DE JARQUE


 



                Tina de Jarque fue otra estrella que se apagó prematuramente. Es posible que entre los lectores haya quien no tenga ni idea de quién fue; a otros les sonará el nombre o que tras él había alguna historia truculenta y finalmente habrá otros que se sepan su vida y milagros "de pe a pa". Hecha esta exposición, iniciamos el relato de su vida seguros de no aburrir a nadie. Mucho se ha escrito sobre ella, pero lo que aquí digamos estará contrastado por las hemerotecas o el testimonio de sus coetáneos. Fue sobre todo una vedette famosa y popular que paseó triunfalmente su arte por medio mundo, pero que también hizo cine y ese es el motivo de que nos ocupemos de ella.

            Han pasado tantos años que forzosamente hemos de invitarles a situarse mentalmente en el año 1906, y allá vamos. El 25 de enero nace en Barcelona Constantina de Jarque Castro. Podemos imaginarla en brazos de su madre, poco después de nacer en la casa familiar de la  avenida Montanyans en Poble Sec. Junto a ellas está seguramente -si no se lo ha impedido el trabajo- su padre, Antonio de Jarque, de profesión payaso, conocido y apreciado en el mundo circense como Tonitoff. Antonio de Jarque fue uno de los seis hijos del clown Santiaguini (Santiago Jarque); todos ellos se curtieron en las artes circenses formando parte del Circo Ecuestre Alegría, del Olimpia o del Tivoli, con los que viajaron durante años por media Europa. Aún hubo generaciones posteriores con la misma dedicación.


        


            Barcelona era a comienzos del Siglo pasado una ciudad cosmopolita, abierta al mundo económica y artísticamente; fenómeno que tomó nueva dimensión durante la I Guerra Mundial. Su numerosa población, formada por barceloneses y extranjeros que llegaban huyendo de la Guerra, se deleitaba con todo tipo de diversiones. Una ojeada  a los periódicos de la época sorprende por la cantidad de locales y la calidad de alguno de ellos. La oferta comprendía espectáculos, restaurantes, bailes o music halls. Mientras, el Cine daba sus primeros balbuceos, forzosamente mudos, y no suponía peligro ninguno para el Teatro de variedades, la Revista o el Vodevil, que atraían a un público deseoso de risas y voluptuosidad. Había por aquel entonces -sólo en el Paralelo, muy cerca del domicilio de los Jarque- diez salas de teatro, tres music-hall y un buen número de salas de baile, cafés y entretenimientos de todo tipo, incluidos los espectáculos circenses, motivo por el cual nuestra protagonista conocía ese mundo y, aunque no se la considera una actriz del Paralelo (entonces eran innumerables), algo le tuvo que influir para que se decidiese por los escenarios.


El Paralelo hacia 1900

              La pequeña Constantina -Tina- Jarque creció pues metida de lleno en el mundo del espectáculo, viajando con sus padres por Europa y adquiriendo una particularísima educación basada en el conocimiento de otras formas de vida, viendo diferentes lugares del mundo y familiarizándose con otras lenguas. Una educación así, aun vivida en forma de internados en el extranjero o viajes familiares, estaba por entonces reservada a los hijos de las clases más pudientes. 

            Existen testimonios de que en su adolescencia, Tina de Jarque ya demostraba un carácter amable y generoso además de exhibir  ese toque de cultura mundana que se aprende viajando; hablaba cuatro idiomas y era desenvuelta y atractiva. Naturalmente se sentía atraída por el mundo del espectáculo, pero en un principio y pese a todo ello, estuvo inscrita en una academia de mecanografía como tantas otras muchachas deseosas de conseguir un trabajo e independizarse. Era entonces una chica alta y guapa para el gusto de la época y, según ella misma contó años después, sus compañeras la desafiaron a inscribirse en un concurso de belleza de ambientación carnavalesca al estilo francés (Mi Carême) promocionado en Barcelona por una firma comercial. El certamen había de celebrarse en el Teatro Novedades. La prensa de la época advertía que la competición iba a ser muy reñida ya que se habían desplazado para participar algunas muchachas de Madrid y de Valencia. Tina aceptó el reto de sus amigas y lo ganó. Apenas tenía 15 años. 

 

Probablemente este fue el anuncio que decidió a Tina a concursar.

                




        Alguien en especial debió asistir a la velada y fijarse en Tina, seguramente un representante de actrices o alguna persona influyente con los necesarios contactos. Tras el "nena, tu vales mucho", comenzó una carrera meteórica.

           Suponemos que después de un breve período de formación la consideraron ya capaz de subir a los escenarios y, en febrero de 1921 , la encontramos haciendo sus primeras actuaciones en Ripoll o en Valls. En abril debuta en el Romea de Madrid, donde permanecerá en cartel varios días. Ese mismo mes, la revista El Cine le dedica su portada. En un breve artículo se da cuenta de sus numerosos éxitos en provincias y de su debut triunfal en Madrid, expresando el deseo de que no se haga esperar una presentación en  Barcelona. Tenía 16 años.


"El Cine" número de Abril. 1921


        De vuelta a la Ciudad Condal, en mayo debuta en Au Lyon D'or. La prensa nos cuenta que "en su pequeño y coquetón escenario", Tina de Jarque resulta todas las noches aplaudidísima "por su correcto decir y sus excelentes ademanes escénicos". Otra habitual de este distinguido restaurante barcelonés era la entonces célebre Bella Chelito. 


Au Lyon D'Or en la Plaza del Teatro de Barcelona.

 

         Durante 1921 la imparable Tina continúa la carrera que le va marcando su hábil promotor, será un año clave para su consolidación como actriz de variedades. En julio actúa era el Teatro Marina de Palma de Mallorca. En Agosto en el Jardín de Apolo de Barcelona, el Music Hall o Sala de Fiestas al aire libre, integrado en el teatro del mismo nombre. También en agosto se celebró un banquete homenaje a Cándida Pérez, autora de afamados couplets en lengua catalana. En el restaurante, situado en  el Parque de Montjuich, encontramos invitada a Tina, junto a otras dos artistas femeninas. Entre los caballeros, además de los chicos de la prensa (El Diluvio, El Noticiero Universal, La Tribuna, La Vanguardia) o representantes de compañías gramofónicas (Gramophon, Alier), encontramos algunos nombres clave: como el de D. Miguel de Miguel, promotor de cine y espectáculos y hombre de negocios. Su relación con Tina de Jarque, cuyo alcance personal desconocemos, dará sus frutos muy pronto.

        En junio de 1922 debuta en el Eden Concert de Barcelona. Y en su número de julio, la revista El Cine le dedica de nuevo su portada haciéndose eco de sus triunfales actuaciones. 


El peculiar glamour de la época.



Vista del comedor y escenario. Eden Concert.

 

        Se percibe a cada paso el esmero puesto en la promoción de Tina. A diferencia de las numerosas Bella Chiquita, Bella Dorita o Bella Solita; Africanita, Sirenita, Jamaica, Fregolina, Gallita Chico, Saharita, Escorialita, Guerrita, Morenita, Corralito, Gatita blanca, Tempranica y Bilbainita, y tantísimas otras, Tina de Jarque apenas actuó en El Paralelo. Ella pertenecía a otra clase y actuaba en locales de mayor fuste: no tenía que alternar con la clientela, no tenía que  cantar precisamente temas con un doble sentido demasiado procaz, se vestía y adornaba como le venía en gana y si quería, salía a escena medio desnuda o con los vestidos más exóticos. 

 

Fotos así venían a ser como la página central
 del Play Boy. Tina de Jarque en sus primeros años.

   

       1922 fue el año de su debut cinematográfico. Miguel de Miguel, el promotor de quien ya hemos hablado y que en apenas un par de años más tarde sería nombrado Presidente de la Sociedad Española de Amigos del Cine, se estaba ocupando de contratar estrellas femeninas de rasgos latinos para el cine alemán. Ofreció la posibilidad a Tina y ésta aceptó sin reservas: ya había estado en Alemania y sabía hacerse entender en aquella lengua. El contrato con la productora Aag comprendía la aparición en tres films de los que se rodó únicamente el primero, Bigamie. En la película, dirigida por Rudolf Walther-Fein, que adaptaba para el cine el relato El cadáver viviente de León Tolstoi, Tina tenía un papel -secundario- en el que interpretaba a una cantante gitana. De la película, estrenada en Alemania en diciembre de 1922 no hemos conseguido ningún material gráfico. Y no nos consta que se pasara en las salas españolas. 

       En 1924, nueva película. En esta ocasión un film español, dirigido por Manuel Noriega y titulado La mala ley. Tina repitió como actriz de reparto formando parte de un elenco que reunió a Fernando Díaz de Mendoza, Hortensia Gelabert, Arturo Marín, José Isbert y Emilio Thuillier; Todos ellos afamados profesionales del Teatro que comenzaban a trabajar en el  Cine, al que se auguraba un prometedor futuro. 


En plena actuación.

        Entre tanto, nuestra protagonista se dedicaba a su profesión de canzonetista o cancionista. Pero no era una cualquiera, eso ya se ha dicho aquí, sino que actuaba junto a las más grandes y en los mejores teatros: Tórtola Valencia, Cándida Suarez, La Mistinguette, Eugenia Zuffoli (madre de José Bódalo), La Argentina, Celia Gámez, Conchita Piquer o La Yankee, por citar tan sólo unos ejemplos. En cualquier caso, recordemos el testimonio de alguien que la conoció y trabajó con ella: Carles Saldanya Beut "Alady": "la había conocido en Barcelona. Era una mujer de extraordinaria belleza. Rápidamente fue contratada por Velasco en cuya compañía hizo furor por la belleza, simpatía y presencia escénica que la caracterizaban". "No era ni una gran actriz, ni siquiera una buena cantante, pero era tan hermosa, tenía tanta simpatía y un cuerpo tan excepcional que pronto ascendió a la categoría de vedette". La prensa de la época, especialmente relamida al hablar de las actrices de Variedades, decía de ella: "Levanta los espíritus más alicaídos, con interpretaciones exquisitas, nada vulgares".  

 



        En 1925, con 19 años, aparece en una nueva película: La medalla del Torero, cinta dirigida por José Buchs que aprovecha los gustos del público (El melodrama rural, los Toros, -con el diestro Algabeño y una cogida en vivo y  en directo-, vedettes como Custodia Romero, conocida con el sobrenombre de La Venus de bronce (nada menos) o Tina de Jarque, amén de otros nombres populares en el cine de la época) en una maniobra promocional que nos muestra cómo hace casi 100 años la industria del Cine se abría ya paso inventando nuevos recursos. De esta película, en la que Tina encarna a la hija de un marqués, ya dimos cuenta en la Entrada dedicada a Alfredo Hurtado (Nuestra primera estrella infantil).

 



        Durante la década siguiente, Tina se dedicará a su principal habilidad cosechando éxitos por donde quiera que actuase, incorporada a la Compañía de Eulogio Velasco. Este murciano, hábil hombre de negocios y promotor de espectáculos, recorrió medio mundo luciendo a sus artistas con una serie de shows de Variedades que triunfaron en España y en las Américas. Citaremos como ejemplos: En plena locura, que se estrenó en San Sebastián en 1926 y que tras una gira nacional, recorrió Nueva York, La Habana, México, Cartagena de Indias, Caracas y Río de Janeiro. En La Habana Tina conoció al boxeador español Paulino Uzcudun, famoso por derribar a sus contrincantes de un manotazo pero que cayó a los pies de Tina, perdidamente enamorado.


Paulino Uzcudun


     Mantuvieron un tórrido romance durante algún tiempo con los altibajos propios del mundo del espectáculo: o bien no coincidían en el mismo lugar por los compromisos de ambos o bien el equipo del púgil la alejaba para que no lo distrajera cuando preparaba el siguiente combate. Los espectáculos continuaron con La orgía dorada y Las Maravillosas. Varios fueron los viajes por Países de América del Sur, cosechando éxitos y actuando con actrices de la talla de Carmen Miranda. 
          De 1930 data la grabación de un disco gramofónico junto a Las Hermanas Cortesina, La Yankee, y Alady. Con orquesta y coros. 




         En 1931 está ya en Barcelona. Actuaciones en el Teatro Poliorama, el Circo Barcelonés y el Teatro Victoria (con la Compañía del Maravillas de Madrid). En Agosto de 1932 sigue poniendo en pie a sus seguidores: En Agosto, en el teatro Victoria y durante su actuación, baja con las vicetiples al patio de butacas para repartir fruta entre los asistentes, repitiendo así con éxito el número que estrenara en La Habana.


"Cómanle con cuidadito,
que se puede indigestar.."


        Cosas de la época. El 22 de ese mismo mes le dieron una comida homenaje en el restaurante La Font del Gat, el mismo escenario que diez años antes propició su arreglo con Miguel de Miguel para ir a Berlín a actuar como actriz de cine. En 1933 nueva revista: A.C.y T. y un derroche de medios para darle esplendor: la prensa cuenta que en el escenario se lucieron hasta 400 trajes. Nuevas actuaciones, nuevos teatros y llegamos a un año decisivo: 1936.
        De este año data su cuarta y última película: Carne de Fieras. Sobre este film, rodado en 1936 y oculto hasta su recuperación en 1992 merced a los desvelos del Patronato Municipal Filmoteca de Zaragoza, se han escrito ríos de tinta. Si no saciamos totalmente su curiosidad, existen en la Red numerosas entradas. Decíamos que Carne de Fieras se rodó en 1936.


Foto de inicio de rodaje Carne de fieras.


 Dirigida por Armand Guerra -cuya figura y trayectoria libertaria merecen también particular atención- narra una historia de amor y celos, ambientada parcialmente en el mundo circense, y en el que aparece Tina de Jarque como Aurora -la esposa adúltera- y la actriz francesa Marlène Grey, como una domadora de leones que ejecuta su número haciendo braceos y floreos hipnóticos ante las fieras. Durante su número se exhibía totalmente desnuda, a excepción de un minúsculo taparrabos. Este y otros detalles del film, insólitos incluso en aquella época de mayor permisividad, provocaron la desaparición de la cinta durante todos los años del franquismo..y alguno más. Contiene escenas rodadas en Madrid tras el 18 de julio de aquel año, y en alguna de ellas puede verse en segundo plano un grupo de milicianos, mosquetón en mano cuya aparición no estaba prevista, pero no era cuestión de desperdiciar película. Existe también otra secuencia en la que un taxi urbano llega a su destino conducido ya por un miliciano, al haber sido incautados los aproximadamente 3.000 taxis de Madrid por los Comités de Intervención y Control republicanos. 


Justo antes de la pillada..
Destacada en los créditos iniciales.



Al fondo, figurantes no previstos.


            
La exótica belleza de Marlène
Ayudada por Monsieur Marck, más parecido
    a un capitán de barco que a un domador.
      


         
Existe un grado de modernidad en esta y otras
 escenas que tardarían muchos años en repetirse.


        Comienza la Guerra Civil. Madrid está en manos del Gobierno de la República aunque durante los primeros meses hay quienes campan por sus respetos y actúan sin ningún control, tomando con frecuencia decisiones arbitrarias y trágicas. El hecho es que los Sindicatos, con las tropas ya en el frente, comienzan a montar festivales en favor de los soldados, de los hospitales de sangre o de las guarderías infantiles. Se organizan festejos en los que actúa casi todo el mundo del espectáculo. Tina ha seguido cosechando éxitos hasta poco antes de la rebelión militar, incluido su debut en el teatro de La Zarzuela o sus apariciones en la Revista del Teatro Cómico, precisamente junto a Alady entre otros. 

        
        Según contó éste último en sus memorias, había llegado a sus oídos que para agosto se preparaba un gran festival en la plaza de toros de Madrid, al que acudirían todos los artistas disponibles, pero que ni él ni Tina de Jarque estaban incluidos. Ambos consiguieron finalmente evitar tal exclusión por lo sumamente peligrosa que podría resultar. Alady lo consiguió desmontando el argumento del organizador, el cual le consideraba burgués porque siempre salía a escena con frac. Le convenció rápidamente de que utilizar esa prenda no le convertía en un desafecto a la causa. También Tina tuvo que defenderse para no ser excluida: al parecer fue Armand Guerra, el director de cine y conocido anarquista quien intercedió ante la C.N.T. La tenían en la lista negra porque, según denuncia de los tramoyistas, su camerino siempre estaba lleno de gente de dinero, nobles y monárquicos.


José Estívalis Cabo, Armand Guerra,
Director de Cine, escritor y periodista.
Nacido en Llíria (Valencia) el 4 de enero de 1886.
 

 
        La Función benéfica tuvo lugar el 24 de agosto de aquel 1936. La prensa nos habla de un éxito redondo de organización obtenido por la C.N.T., y enumera los artistas que entraban en el programa y que actuaron desinteresadamente: Carmen Flores, Pastora Imperio, Amalia de Isaura, Laura Pinillos, Catalina Bárcena, Raquel Rodriguez, Tina de Jarque, Felisa Herrero, Pilar Murillo, Custodia romero, María Antinea, Olvido Rodriguez, Lola Zazo, Niña de la Puebla, Hermanas Torres, Faroy Sisters, Hermanas Manon, Mª Fernanda Ladrón de Guevara, Inesita Peña y su orquesta, Pompoff y Thedy, Los Lerín, Marlene Grey y sus leones, Alady, Piruletz, Lino Rodriguez, Casaravilla, Lepe, Antonio Murillo, Rafael Arcos, Niño de Utrera, Ruiseñor Navarro, Casa Charra, Angelillo, La Shirley Temple española y un largo etcétera. (la letra negrita en algunos nombres es nuestra). 
        La historia de Tina dará un vuelco inesperado a partir del momento en que aparece en su vida un personaje muy especial: Abel Dominguez Pallarés, miliciano anarquista endurecido tras su paso por La Legión, secretario de la Federación Regional Andaluza de la C.N.T. y pagador de las milicias Andalucía-Extremadura.




         En un registro practicado en el domicilio de la artista a finales de noviembre de 1936, en el que participó él mismo, se encontraron algunas evidencias -bastante inconsistentes- que la convertían en una presunta facciosa. La detuvieron y aunque recobró rápidamente la libertad, su persona quedó ligada desde aquel momento a Abel Dominguez el cual se había (¿enamorado? ¿encaprichado?) de ella. Al parecer se instaló en el domicilio de su amada. Con toda probabilidad ella le concedió sus favores sexuales y quizá emprendieron una relación amorosa. A su vez, los correligionarios del miliciano comenzaron a vigilarle por considerar inapropiada y peligrosa su relación con aquella mujer, paradigma para ellos de la prostituta de lujo, con ínfulas de aristócrata y con amistades e influencias entre los facciosos. 
        La aventura terminó trágicamente. Las evidencias y las investigaciones llevadas a cabo dejan sentado que Abel Dominguez y Tina Jarque fueron detenidos cuando pretendían llegar a Alicante para tomar un barco alemán que les habría de trasladar a Francia o a Sudamérica y que llevaban en su poder dinero de las pagas de la tropa, joyas y objetos de valor procedentes de las requisas, botín de fácil acceso para el miliciano debido a su cargo. Existe una biografía novelada de Tina de Jarque, mencionada al final de esta Entrada como bibliografía consultada, que establece la detención de los prófugos en Valencia, y su fusilamiento  en el llamado picadero de Paterna. Señala también que los cadáveres fueron trasladados al Cementerio de Valencia el 23 de enero de 1937. El libro da cuenta incluso del lugar exacto de la inhumación.
            Dado que el fusilamiento fue extrajudicial, no se dejó constancia del mismo, máxime al no tratarse de un caso de espionaje, sino de robo de joyas. Tal circunstancia ha provocado que el caso de Tina de Jarque esté envuelto en el misterio y que haya habido más conjeturas que evidencias. ¿Porqué fusilarlos en Paterna y trasladar los cadáveres al Cementerio de Valencia? A fin de cuentas, se trataba de echar tierra sobre el asunto rápidamente dejando las mínimas evidencias y evitando un escándalo a la C.N.T. Alady, de cuyas memorias nos valemos por última vez, contó: "En Valencia (....) Armando Guerra (...) me dio la mala nueva: ""Vengo desesperado; han matado a Tina de Jarque en plena carretera de Alicante. ¡Ha sido horrible!. La han destrozado. Según parece huía hacia la zona nacional acompañada de un joven, de no se qué partido político. Ha habido un chivatazo, los han cogido y los han fusilado, después de someterlos a muchas bajezas. ¡Pobre Tina de Jarque, qué final ha tenido tan horroroso!"". 
            Tina de Jarque tenía entonces 31 años. Todavía hay quien sostiene que consiguió huir, ayudada por agentes del bando nacional para el cual espiaba, y que terminó refugiada en Francia. Otra versión se publicó recientemente en un periódico mexicano: Tina y su esposo habrían sido fusilados por Abel Dominguez y sus compañeros por celos, al haber sido rechazado por la vedette. Según la misma fuente, fueron detenidos y acusados de espionaje y robo cuando trataban de llegar a Francia con un cuantioso botín de joyas incautadas a los fascistas. Para finalizar, nuestra búsqueda en las hemerotecas nos ha proporcionado este curioso recorte:


La Vanguardia. Junio de 1939.
  





Consultas y agradecimientos:
-Al Repositori de la Filmoteca de Catalunya.
-A la hemeroteca del periódico ABC.
-A la hemeroteca del periódico LA VANGUARDIA.

Algunos datos se han obtenido del libro EL ENIGMA DE TINA, publicado por Alfonso Domingo. Edit. Algaida. 2013. 

Se ha consultado el libro RIALLES, LLÁGRIMES I "VEDETTES". (Memòries de ALADY). Bruguera. 1965. Se transcriben algunos fragmentos del mismo.